Actualmente el Centro de las Artes de San Luis Potosí es uno de los edificios más bellos y emblemáticos en la capital potosina, pero no siempre fue así… En el pasado, la construcción fue usada como cárcel; entre sus muros vivieron los delincuentes más peligrosos del estado y personas que no concordaban con las ideas del siglo XIX.


El edificio se diseñó en 1890 y fue una creación del arquitecto Carlos Suárez Fiarlo. La entonces prisión fue construida por mandato del ex presidente de México Porfirio Díaz. En su época fue considerada una de las cárceles más modernas, por su modelo panóptico, ya que con esta estructura, los guardias podían observar cada punto del lugar y vigilar a los reos.


Esta construcción se desempeñó como cárcel hasta los años noventa y se cerró debido a la sobrepoblación y a que la ciudad de San Luis Potosí estaba creciendo a pasos acelerados.
Los prisioneros fueron trasladados a otro penal y el edificio quedó abandonado durante un tiempo hasta que se rescató para convertirlo en un centro de impulso y enseñanza del arte. Tiene una oferta académica que abarca música, artes visuales, literatura y artes escénicas.

Muchos delincuentes y personas que estaban contra el gobierno de aquel momento pasaron por sus celdas. Tal vez el prisionero más importante que pasó por este sitio fue Francisco I. Madero, encarcelado después de ser acusado de conspirar en contra el régimen de Porfirio Díaz. 

Madero estuvo recluido durante un mes en el lugar y, posteriormente, cuando salió proclamó el Plan de San Luis, del cual se dice, se empezó a formular desde que estaba en la penitenciaría. El Centro de las Artes aún conserva la celda donde este personaje pasó aquellos días y es posible visitarla.